domingo, 23 de octubre de 2011

Desmontando mitos

Por fin me operaron. Por fin van a arreglar la mitad del problema, la otra mitad de momento, sin arreglo. Por fin me han reconstruido el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda y me han limpiado un menisco que estaba parcialmente roto.

Si habeis visto en imágenes a los futbolistas cuando salen del hospital, con sus dos muletas, con su acompañante y sonriendo y diciendo que en un breve tiempo volverán al terreno de juego etc etc.... Todo mentira. Es un claro ejemplo de cómo guardar las apariencias, de como la procesión va por dentro.

Lo que no cuentan cuando salen, esas grandes figuras del deporte, es que para operarles les han hecho un bloqueo de la pierna. ¿Qué significa eso? ¿Una anestesia normal?... No debe serlo. Bloquean todos los nervios de la pierna en cuestión, hasta tal punto que de la anestesia normal uno despierta a las 4 horas mas o menos, pero del bloqueo.... recuerdo que a las 6 de la mañana del día siguiente comencé a sentir los dedos del pie, habían pasado 17 horas, y hasta entonces la pierna parecía muerta. Es una sensación extraña saber que tu cerebro manda orden de mover los dedos de los pies y comprobar que allí no se mueve nada. Raro y alarmante... pero normal normal, no hay mas que ver la cara de felicidad de los deportistas al salir del hospital, ahh no, espera, que no dicen que las han pasado canutas.

Tampoco te dicen que cuando te despierta la pierna necesitas calmantes como si te hubieran disparado con un AK-47 y te hubieran destrozado medio cuerpo. Eso no lo dicen. Tampoco dicen a qué más les afecta el bloqueo de la anestesia.

Por si a alguno le apetece investigar, el bloqueo afecta a todo aquello que se gobierna desde la lumbar donde te introducen el cateter de la anestesia. Para que no busqueis mucho, una de las cosas que más tarda en despertarse son ciertos músculos que tienen una función reguladora: Los esfínteres. Sí, no lo dicen no, pero los esfínteres se bloquean, se cierran y ... ¿recordais cuando decía que era raro que el cerebro mandara orden de moverse a los dedos y que allí no se moviera nada?. Pues ahora imaginar que quereis mear, y que aparte de lo desagradable que es hacerlo en esa especie de embudo con forma de tubo de ensayo al que, curiosamente, llaman "conejo" y que corta cualquier intención de mear, imaginar si el dolor de la vejiga es tan grande que está a punto de reventar y que el esfinter no se abre. Uissssss, seguro que alguno ya se ha echado mano a sus partes pensando "que eso no me pase a mi". Tranquilos, lo peor viene ahora. Para conseguir que uno acabe meando, la solución es: sondar. Supongo que sabeis lo que es eso pero por si acaso, breve descripción: Si pensais que por el agujerito del pene, por donde salen todos los líquidos, no se puede meter nada, estáis equivocados. Se puede, se puede, y de hecho te meten un tuvo aplastado a lo largo de toda la longitud del pene (unos 30 cm para los de Bilbao centro), y cuando la sonda llega al esfinter, al pasarlo levemente, se libera un chorro de sensaciones.... vamos, que acabas meando. En mi caso, después de ni sé los botes de salino, de nolotil, de paracetamol... todo por vena (que eso hace mear pero muy bien), llegué a los 2 litros en 3 horas. Según los médicos, una burrada. Pero eso no, eso no lo cuentan los que salen del hospital con la sonrisa en la boca sabiendo que merece la pena esos sufrimientos, quizá, porque cuanto antes se recuperen, antes siguen cobrando los millones de euros que los demás no veremos ni en 5 vidas.

La segunda entrega de mi periplo por el hospital es la más interesante y la más graciosa. Espero rellenarla pronto.

jueves, 17 de febrero de 2011

Por fin, un desahogo!

Ya era hora de volver por aquí. En este caso a desahogarse.

Qué decepción supone el comprobar como la gente no se involucra en temas de compañeros de fatigas. Pienso que no se dan cuenta que ellos podrían estar en la misma situación en un futuro no muy lejano. Quizá ahora no se den cuenta pero todo el mundo necesita un apoyo, un saber que alguien piensa como tu, y que además se lo diga y le respalde de alguna forma. Yo también, no soy menos que esas personas normales.

Luego están los superhombres, esos que viven por encima del bien y del mal, de los aciertos y errores. Superhombres o Sub-dioses, tienen la extraña idea de que no hay que dar marcha atras ni para coger carrerilla. Su carrera es un siempre ir hacia adelante, con las orejeras puestas. No saben lo que se pierden por poder mirar a los lados y ver el paisaje humano que les rodea. Quizá algún día necesiten algo, vayan a mirar por el lateral de las orejeras y se den cuenta que no tienen a nadie amigo a quien comentarle nada. Notarán el camino más bacheado de lo normal, pero es porque estarán pisando por encima de todos los cadáveres que han ido dejando por el camino. Penita pena.