lunes, 26 de julio de 2010

Se puede decir más alto, pero mas claro no (A. Lobato con un par!)

No lo van a conseguir: No lo voy a permitir. No estoy dispuesto a que me quiten el derecho a celebrar esta victoria. Han sido 10 carreras de problemas, de decepciones, de decisiones incompetentes de la FIA, de errores. 10 carreras de sequía después de pensar que Ferrari y Alonso se iban a comer el mundo tras el doblete de Bahrein. No, no lo van a conseguir esa panda de fariseos, esa jauría de hienas con acento inglés que ayer volvieron a estar asustados.

Qué tranquilos y relajados están cuando Fernando es octavo. Ahora, si ven que vuelve a ser un peligro hacen sonar la señal de alarma y se organizan como lobos para acorralar a su victima y tratar de despedazarla por el bien de la justicia. Organizados, si, pero también cobardes. Lo que ocurrió ayer en la rueda de prensa de la FIA fue lo más vergonzoso que hemos visto en mucho tiempo en las carreras -y eso que hemos visto mucho.

Un aquelarre de periodistas, casi todos de la misma nacionalidad, quisieron aniquilar a Alonso con sus preguntas. "¿No sientes vergüenza por lograr una victoria así? ¿No crees después de esto que la F1 ya no es un deporte como dijiste en Mónaco de 2006?, ¿Vas a poner esta victoria en tu ranking junto con la de Sigapur en 2008?".

"Eddie Jordan ha dicho que deberían haberte echado de la carrera de una patada, ¿qué te parece? Fernando, ¿qué le dirás a la gente que piensa que está es una victoria sucia y que si logras el el campeonato serás un campeón sucio?. ¿La realidad es que como no has podido ganarle en la pista has tenido que pedirle al equipo que lo hiciera por tí?. ¿Podrías ser honesto por una vez con nosotros y admitir que esta victoria te la han servido en bandeja hoy?.

Todas estas preguntas se las hicieron de forma orquestada. No buscaban respuestas, sólo querían sacar de sus casillas a Fernando. No lo onsiguieron. Son los mismos que acudían con consignas en 2007 a las ruedas de prensa de MacLaren. Bueno, en realidad no están todos porque algunos de los de entonces ahora trabajan para ese equipo.

Hay que ser muy idiota o quizás muy listo para tratar de ensuciar una victoria de esta manera cuando todos ellos saben perfectamente que las ordenes de equipo existieron, existen y existirán siempre. No se mostraron tan activos y hermanados, tan defensores de la justicia cuando Kovalainen dejó pasar a Hamilton en este mismo circuíto hace dos años. Tampoco dijeron nada cuando en Turquía y también aquí en HocKenheim, Mac Laren hablaba con sus pilotos por la radio y les decía que ahorrasen gasolina -un lenguje en clave para decir a un piloto que no va a ser atacado por su compañero o que no ataque a su compañero.

Ni siquiera cuando Massa dejó pasar a Kimi en Brasil 2007 o cuando Kimi dejó pasar a Massa en el mismo gran premio de 2008. La historia, antigua y reciente, está lleno de casos. El problema es que esta escoria ahora tiene miedo. Temen que después de los años maniatado en la mediocridad de Renault, Fernando vuelva a estar en la lucha y vuelva a poner en jaque a su niño bonito.

Sí, el padock olía estos días a excremento. Muchos esfínteres se han aflojado este fín de semana con el retorno de Ferrari. Los que ahora abogan por la justicia, los que de forma minuciosa se organizaron para intentar liquidar a Alonso en una rueda de prensa que debió de ser parada por la FIA, se callaron cuando asistieron a los atropellos de la FIA en Valencia y Silverstone. Ahora vuelven a ponerse una armadura de paladines de la limpieza en el deporte estos hipócritas de tres al cuarto, estos comediantes que se mueven con el miedo, estos fariseos del paddock.

Sí, puede que en parte hayan conseguido su objetivo. Ayer no hubo celebraciones del doblete en Ferrari, ni demasiadas sonrisas. Hoy no habrá titulares que ressalten el dominio de Alonso en el fin de semana, sólo habrá mierda. Pueden agradecerle su éxito a dos complices inesperados que han alimentado de forma inconsciente los planes de esta recua de pandilleros: Massa y su ingeniero de pista Roh Smendley.

El primero- infinitamente más lento que Fernando todo el fin de semana- bién podría ganar en velocidad en la pista y perder en arrogancia. Hizo todo lo posible para que fuese evidente lo que pasó en la pista. El segundo fué muy torpe al pedir perdón a Massa. Supongo que en Ferrari habrá una semana caliente porque comportamientos como éstos no pueden permitirse.

Ahora, por la estupidez de unos y la falta de tacto de otros, las rata se relamen y el Consejo Mundial de la FIA podría castigar de una forma que no quiero ni imaginar.

No, no ha habido fiesta en Hockenheim, pero en cuanto acabe de escribir esta columna yo me voy a tomar una cerveza alemana bien fría para celebrar la victoria, que el F10 vuelve a ser competitivo y que la remontada es más que posible. De paso celebraré también que las hienas están escocidas y asustadas y que a pesar de los pesares vamos a ganar este Mundial.

Transcripción completa de un artículo para MARCA de Antonio Lobato

1 comentario:

Elessar dijo...

Manda cojones que al final voy a tener que darle la razón a lobato; no creía yo que iba a vivir para presenciar este momento...